Presidente de la Sociedad Balear de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular

Dr. García Romanos: «En invierno se producen más eventos cardiovasculares»

"En España sólo el 50% de los pacientes crónicos cumplen con los tratamientos prescritos"

cardiovascular
"En España, alrededor de un 10% de la población padece una enfermedad vascular", dice.

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En España, una de cada tres personas muere por una enfermedad cardiovascular. Las enfermedades del corazón han sido durante muchos años la primera causa de muerte tanto a nivel mundial como en España. El año pasado, la enfermedad vascular fue superada en mortalidad «muy discretamente por el cáncer», explica en entrevista a OKSALUD el doctor Fernando García Romanos, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, expresidente de la Sociedad Española de Medicina General SEMERGEN y, en la actualidad, presidente de la Sociedad Balear de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular.

Concretamente, en junio de este año, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los datos provisionales del primer semestre de 2023: los tumores se situaron como primera causa de muerte en el año 2023, con un 26,6% del total de las defunciones; las muertes por enfermedades del sistema circulatorio descendieron un 5,3% respecto a 2022, situándose como segunda causa más frecuente, con un 26,5% del total.

«Sin lugar a dudas, el estilo de vida de la nuestra sociedad actual en particular y de los países industrializados en general tiene mucho que ver con el desarrollo de la hipertensión arterial, que junto a la dislipemia, el tabaco y la diabetes mellitus favorecen el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares», recalca el doctor García Romanos, quien profundiza acerca de los riesgos cardiovasculares vinculados a algunos hábitos poco saludables del siglo XXI

PREGUNTA.- El riesgo cardiovascular se ha situado ya como primera causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer. ¿Cuál es su incidencia?

RESPUESTA.- Las enfermedades del sistema circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte a nivel mundial. En España, alrededor de un 10% de la población padece una enfermedad vascular, habiendo sido la primera causa de mortalidad hasta el año pasado, donde fue superada muy discretamente por el cáncer. En el año 2023 se produjeron en España 433.163 defunciones. 

Los tumores representaron el 26,6% de las defunciones y las muertes por enfermedades del sistema circulatorio supusieron el 26,5% del total (114.788 personas), lo que representa una tasa de muerte de 237,5 por cada 100.000 habitantes (237,8 por 100.000 habitantes en el caso de los tumores).

Por sexos, en el varón, la enfermedad isquémica del corazón fue la primera causa de muerte (17.038 fallecidos), seguido del cáncer de bronquios y pulmón (16.503) y de las enfermedades cerebrovasculares (10.356). Además, las enfermedades vasculares continúan siendo la primera causa de mortalidad prematura y de discapacidad en nuestro país.

P.- Así es, los problemas de hipertensión y cardiovasculares están a la orden del día. ¿Tiene que ver con cambios vitales? ¿Cuáles son los ‘enemigos’ de estas patologías en el siglo XXI?

R.- Sin lugar a dudas, el estilo de vida de la nuestra sociedad actual en particular y de los países industrializados en general tiene mucho que ver con el desarrollo de la hipertensión arterial, que junto a la dislipemia, el tabaco y la diabetes mellitus favorecen el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. 

En concreto, en España, el consumo excesivo de sal, el consumo de alimentos ultraprocesados, el sedentarismo, la falta de actividad física, el consumo de tóxicos (tabaco, alcohol, …) y el estrés son facilitadores para el desarrollo de la hipertensión arterial.

P.- Se aproxima el invierno y en esta estación se producen más eventos cardiovasculares. ¿Por qué? Tendemos a pensar que es más en verano…

R.- En invierno, en términos generales, se práctica menos actividad física, se come más -y peor- y las bajas temperaturas favorecen la vasoconstricción de los vasos sanguíneos, lo que incrementa la presión arterial y el riesgo vascular. En invierno, efectivamente, se producen más eventos cardiovasculares.

De hecho, en verano, el paciente hipertenso tiene mayor facilidad para el control de sus cifras tensionales, ya que el calor favorece la vasodilatación y el sudor podríamos considerarlo como un «diurético natural», lo que facilita el mejor control de las cifras de presión arterial en el paciente hipertenso, obligándonos en algunos casos a ajustar a la baja la medicación antihipertensiva durante los meses más calurosos.

P.- ¿Se producen más infartos en días festivos (puentes, Navidad, Semana Santa, vacaciones de verano…)? ¿A qué se debe? ¿Tiene que ver también con que los pacientes crónicos se ‘descuidan’? 

R.- Los excesos en un paciente vulnerable, con factores de riesgo, siempre pueden facilitar, precipitar y desencadenar un evento cardiovascular. Es por ello que debemos siempre recomendar el estilo de vida saludable y la moderación, evitando transgresiones dietéticas.

P.- Hablando de paciente crónico, ¿podemos cuantificar de alguna forma la adherencia en los tratamientos? ¿Por qué es importante no abandonar el tratamiento?

R.- El problema de la adherencia terapéutica es importante porque la única medicación que tiene efecto protector es la que se toma. Hay estudios que objetivan que en España sólo el 50% de los pacientes crónicos cumplen con los tratamientos prescritos por los profesionales sanitarios. En este sentido, el médico de Atención Primaria, debe siempre interesarse por el adecuado cumplimiento terapéutico para facilitar el adecuado control de los factores de riesgo y evitar la intensificación de tratamientos innecesarios.

P.- Medir los triglicéridos, someterse a revisiones… ¿Cuáles son los 5 consejos más importantes para el paciente cardiovascular crónico?

R.- Los 5 consejos para el paciente cardiovascular crónico serían:

1) Estilo de vida saludable (alimentación saludable con poca sal y evitando ultraprocesados, realización de actividad física, evitar hábitos tóxicos y controlde peso).

2) Control de la presión arterial.

3) Adecuado control de colesterol y triglicéridos en función del riesgo vascular del paciente.

4) Control de la glucemia.

5) Cálculo del riesgo vascular, estratificación del mismo y controles periódicos por parte del médico de Atención Primaria, con valoración integral de todos los factores de riesgo cardiovascular, prestando atención al cumplimiento terapéutico y optimizando el tratamiento cuando fuera preciso.

P.- Los enemigos: alcohol, tabaco, alimentación, sedentarismo, estrés…

R.- Sin duda, el estilo de vida constituye un importante determinante de salud, aunque los determinantes sociales como la pobreza tienen todavía un peso mayor en la salud a nivel mundial. En nuestro medio, tal como hemos indicado, es fundamental la alimentación saludable, la práctica de actividad física (evitando el sedentarismo), la evitación de hábitos tóxicos y el control de peso.

El estrés que tanto afecta a las sociedades industrializadas también debe evitarse, aunque resulta muchas veces complicado por la rutina diaria a la que nos vemos abocados.

P.- ¿Cómo da la cara la enfermedad cardiovascular a un paciente debutante?

R.- Los factores de riesgo favorecen las enfermedades vasculares y pueden progresar inicialmente hacia lesiones subclínicas silentes, tales como la hipertrofia ventricular, excreción urinaria de albúmina elevada en el riñón, retinopatía, .. o debutar como enfermedad vascular establecida (infarto agudo de miocardio, angina de pecho, muerte súbita, enfermedad cerebrovascular aguda isquémica o hemorrágica, arteriopatía periférica, …). Se habla de un ‘continuum cardiovascular’, por lo que es importante evitar los factores de riesgo si fuera posible o controlarlos para disminuir el daño orgánico y la morbimortalidad cardiovascular.

P.- Entonces, he de ir al especialista si…..

R.- Debe ir a su médico de Atención Primaria, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y formado específicamente en la prevención y promoción de la salud en general y de la salud cardiovascular en particular. La promoción de un estilo de vida saludable, la detección precoz de factores de riesgo y su control adecuado disminuirá la incidencia de las enfermedades cardiovasculares y mejorará la salud poblacional. Ya se sabe, «es mejor prevenir que curar».

P.- Háblenos brevemente sobre la Vía Clínica para el manejo de las dislipemias en el paciente de alto riesgo vascular.

R.- Esta vía clínica es una iniciativa promovida por el mal control actual del colesterol en la población en general, y, especialmente, en los pacientes de alto y muy alto riesgo vascular; lo que hemos considerado como la ‘foto de la vergüenza’. Tan sólo uno de cada cuatro pacientes de alto riesgo vascular presenta niveles objetivo de c-LDL (colesterol ‘malo’), a pesar de que la hipercolesterolemia constituye el factor etiopatogénico para la formación de la placa de ateroma y, en consecuencia de la aterosclerosis y de la enfermedad vascular aterosclerótica. En nuestra comunidad autónoma (Islas Baleares, de donde el entrevistado es presidente de la Sociedad Balear de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular), el grado de control incluso se sitúa por debajo de la media nacional. Esta vía, consensuada y avalada por nueve sociedades científicas de lles Balears (Sociedad de Hipertensión y Riesgo Vascular de Illes Balears, SEMERGEN Illes Balears, Ibamfic, Sociedad Balear de Cardiología, Sociedad Balear de Nefrología, Sociedad Balear de Neurología, Sociedad Balear de Endocrinología, Sección Balear de Medicina Interna y Análisis Clínicos), implicadas en el manejo del riesgo vascular, pretende facilitar los pasos a seguir para mejorar el tratamiento de la dislipemia y, de esta manera, reducir la morbimortalidad cardiovascular de nuestros pacientes. 

Pretendemos poder tener categorizados (clasificados) a los pacientes con alto y muy alto riesgo vascular, disponer de alarmas automáticas en la historia clínica de estos pacientes que nos indique cuando el paciente está fuera de objetivos en cuanto al grado de control del colesterol, y, así, facilitar la monitorización y la intensificación del tratamiento cuando fuera preciso para mejorar la reducción del riesgo cardiovascular. También se intenta con esta vía clínica facilitar la continuidad asistencial y la relación entre la Atención Hospitalaria y la Atención Primaria en el abordaje y seguimiento de los pacientes de alto riesgo vascular.

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